Lo que cambia y no cambia

“Al ser humano le tomó millones de años desarrollar sus instintos. Sólo variarlos le llevaría millones más. Está de moda hablar del ser humano cambiante. Un comunicador debe preocuparse por el ser humano que no cambia, por su obsesivo impulso a sobrevivir, a ser  admirado, a triunfar, a amar, a cuidar de sí mismo.” Bill Bernbach.

Hace unos días llegué a este video (vía Rogelio Umaña, Tribu DDB) que me llamó bastante la atención. Mujeres poniéndose en forma (¡opa!), moldeando y tonificando su cuerpo como lo hacen miles de mujeres y hombres en todo el mundo (hasta ahí todo normal). Lo que me pareció interesante y muy curioso es que el video se desarrolla en un gimnasio o spa ultra moderno, ultra moderno en 1945 y de 1945 es el video (los hombres se quedarán con las ganas de ver piernas, mujeres favor no volver a poner ese outfit de moda)

Algo es evidente, el culto al cuerpo existe desde hace rato, tal vez desde siempre, pero  no les parece curioso que así como esas mujeres iban en 1945 a “ponerle” al gym, así van miles hoy día y que lo que las motivaba a ellas en ese entonces probablemente sea lo mismo que motiva a la gente de hoy. Que seguramente la voz interna que habla en cada cabeza mientras se hace ejercicio en el 2011, recita el mismo discurso que la voz interna de cada una de las mujeres de ese lejano 1945.

Eso me hizo pensar que a veces gastamos más tiempo (agencias y clientes) en estar “descubriendo” y “clasificando” a la gente, que en conocer y aplicar nuevas formas de abordarlos y engancharlos. Los encerramos en cuartos y los miramos a través de una ventana, los bombardeamos de preguntas (muchas obvias), o si no los vestimos de gráficos, los llamamos target y los convertimos en números, todo para que al final descubramos que sus motivaciones, probablemente sean las mismas, mismas que tuvieron otros seres humanos hace años, otras generaciones anteriores y que ya las conocíamos porque aparecen repetidas en cuánto estudio del consumidor cae en nuestras manos.

Lo que quiero decir es que muchas veces y sin necesidad, gastamos tiempo y dinero en “descubrir” que la gente quiere ser feliz, que las madres quieren lo mejor para su familia, que a la gente le gusta verse y sentirse bien. “Descubrimos” que la gente hace ejercicio por salud y para verse bien, que la gente estudia porque quiere superarse, que es importante para todos ser aceptados por su círculo cercano de amigos y que lo que busca la gente en un medicamento es que lo haga sentirse mejor, ¡ah! y de paso también terminamos descubriendo el agua tibia.

“Cada día sabemos más y entendemos menos”, decía Einstein. Bienvenida la nueva información, los nuevos insumos de apoyo y las nuevas tecnologías. Todo lo que ayuda no estorba. Sin embargo también, no dejemos de pulsear poder encontrar nuevos insights, porque a través de esos insights y las ideas que estos generan, nos vamos a ayudar todos los que trabajamos en esto a conectar mejor con las motivaciones, con esos instintos de esos seres humanos a los que hace referencia Bernbach, llámese Juan, Carlos, Ana o Elena.

1945-2011. Seres humanos en blanco y negro y seres humanos de colores. Nosotros en el medio. Al final se trata de lo que hablamos todos los días: innovación, diferenciación, interacción, empatía, impacto, entre otras cosas. Como abordar a la gente, eso sí es lo que cambia por estos días, todos los días 😉

@zunga

Acerca de Zunga Reales

Comunicador / Marketing / Planning / Copywriter jotabequ grey Costa Rica
Esta entrada fue publicada en Agencias, Creative, Planning, Uncategorized y etiquetada , , , . Guarda el enlace permanente.

2 respuestas a Lo que cambia y no cambia

  1. María José dijo:

    Me encanta el abordaje, sin embargo no puedo estar del todo de acuerdo. Cierto, hay cosas que no cambian nunca y a veces nos desviamos con tanto ruido alrededor.
    Pero también creo que es mucho lo que sí cambia. Por ejemplo las motivaciones y los conceptos, como el de «felicidad» o «belleza». En 1900 las mamás pensaban que lo mejor para su familia era dedicarse en cuerpo y alma a atenderlos, hasta no dar más: cocinar, planchar, limpiar. Que la felicidad de sus hijas era encontrar marido. Que la de sus hijos era encontrar una buena mujer que fuera tan buena ama de casa como ellas. Hoy las mamás seguimos queriendo lo mejor para nuestros hijos pero eso significa cosas totalmente distintas: que tengan la mejor educación posible, que se desarrollen como grandes profesionales, que las condiciones ambientales les permitan aún tener acceso a recursos indispensables, etc.
    El «big picture» es el agua tibia, no tenemos que descubrirlo. Pero sí hay que tener cuidado con esos pequeños grandes detalles. Sobrevivencia, admiración, triunfo, amor… todos son conceptos cambiantes. Yo creo que eso hace una gran diferencia.

    Por cierto, me gusta tu blog. 😉

    • Zunga Reales dijo:

      Hola María José.
      Coincido con vos en lo que decís y como lo exponés. Sin embargo, si lo ves bien, esas dos mamás que describís siguen un mismo impulso o deseo: ser una mejor mamá, aunque el camino o enfoque de ambas para lograrlo sea diferente.
      Totalmente de acuerdo a lo que decís, estar atento a los pequeños detalles, al final son los que marcan diferencia. Pasa que a veces escarbamos demasiado en lo evidente y se nos olvida lo básico.
      Un gusto que te guste el blog. Estamos a la orden 😉
      También en twitter (@moodvertsing) y en FB (moodvertising).
      Saludos
      @Zunga

Deja un comentario